El derecho de libre expresión cuando nadie contradice al gobierno, la libertad de prensa cuando nadie está dispuesto a formular las preguntas importantes, el derecho de reunión cuando no hay protesta, el sufragio universal cuando vota menos de la mitad del electorado, la separación de la Iglesia y el Estado cuando no se repara regularmente el muro que los separa. Por falta de uso, pueden llegar a convertirse en poco más que objetos votivos, pura palabrería patriótica. Los derechos y las libertades o se usan o se pierden. Es así como el escritor Carl Sagan, hace hincapié en sus frases para defender la libertad, y comparaciones que refuta la libertad en la realidad cada vez más existente.
Sin ir muy lejos, Venezuela no es el único país latinoamericano donde los medios atraviesa un difícil entorno, tanto por restricciones directas como indirectas en las secciones informativas, pero especialmente las editoriales, de los medios venezolanos han sido el escenario propicio para esta discusión, que son promovidos por la propia confrontación política, y relaciones convenientes, que de alguna manera, ha dado de que hablar sobre los principios en los que se basa tan preciado derecho humano.
La libertad de expresión no es un regalo del gobierno, pero tampoco es patrimonio exclusivo de los medios de comunicación y los periodistas. Representa un derecho humano universal, consignado en nuestra Constitución y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos el cual se lee en el Art. 19 "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."
Sin embargo en el artículo 13 de la Convención Americana de los Derechos Humanos, suscrito plenamente por el Estado venezolano, establece que el ejercicio de la Libertad de Pensamiento y de Expresión “no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores”. Responsabilidades que por algún motivo muchas veces son olvidados teniendo tal telón de fondo que a menudo los periodistas en este caso se autocensuran en temas que no son convenientes para su puesto de trabajo, para su jefe o para la editorial a la cual que escribe o transmiten. Dicha autocensura y de los profesionales se origina en los medios con choques contra muros y decisiones de no volver a intentar de dar información real.
Por otra parte, el derecho de habeas data o el acceso a la información personal, está consagrado de igual forma en la Constitución de 1999. Aún está por emerger una que fije los principios de este delicado asunto. Recientemente, el Tribunal Supremo de Justicia ha marcado algunos lineamientos que les permite a las personas ejercer los derechos que le confiere el artículo 28 de la Carta Magna, mientras se elabora la legislación.
Es por ello, que existe la necesidad de que haya periodistas que sean capaces de defender su independencia desde la profesionalidad siempre y cuando esté utilizando su ética. Sabemos que es difícil en estos momentos tan soñada y añorada palabra, pero como es costumbre, los dueños de medios son los que dan las pautas y líneas por la que ellos se rigen (partidos políticos).
No obstante, se vale soñar con un país donde la emisión de un reportaje sobre las fosas comunes de unos hombres que defendían una democracia y fueron injustamente asesinados no asuste a los periodistas ni a cada individuo. Soñamos con que existan unos medios donde se pueda hablar todo y de todo sin que exista un comisariado político que selecciones y discrimine.
Aunque, desde hace muchos años atrás, se han cometido siniestros altercados contra periodistas Venezuela se ha convertido el uno de los países latinoamericanos con mayor número de asesinatos y polémicas que tren consigo censura, autocensura para con la verdad al trascurrir los años y si seguimos en esta dirección seguiremos en esta lista negra.
Para que realmente se convierta en una sociedad civil madura, hay que hablar de lo que hace falta hablar y sin tapujos. La Red y algunos medios impresos están sembrados de los llamados "confidenciales" porque no se pueden convertir en noticias.
Resulta un poco irónico pero Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Y al expresarnos y debatir este tema nos queda un poco de libertad; pero no nos podemos quedar con las manos cruzadas mientras se cometen tantas barbaridades con ciertos cierres de medios. Libertad de expresión: ¿la usamos o la perderemos?
